Sorprendentemente las larguísimas horas libres entre clases que tenemos este año los alumnos de tercero están resultando algo más interesantes de lo que parecían en principio. Como ya llevamos un par de años en la universidad y sabemos que sorprendentemente la semana antes de los exámenes siempre aparecen de la nada trabajos y lecturas, este año nos hemos querido poner las pilas desde el principio e intentamos usar esas horas libres para planear trabajos en grupo, preguntarnos dudas, corregir deberes, pasar apuntes, etc. sin embargo siempre surge algún tema del que hablar mientras nos dedicamos a nuestros quehaceres como estudiantes.
En concreto me ha llamado la atención que varias veces el tema de conversación ha sido: ¿por qué elegimos entrar en esta carrera? Como se suele decir cada persona es un mundo y por lo tanto los motivos que dábamos eran tan variados como personas hablaban. Pero me sorprendió que una gran parte de la gente en realidad jamás se habían imaginado siendo traductores o interpretes (incluso ahora que ya llevamos media carrera muchos han decidido que no quieren pasar el resto de sus vidas así y se han planteado que otras salidas puede tener el grado o han decidido empezar otros estudios).
La mayoría de los que no habían entrado por vocación decían que habían elegido este grado y no otro porque les gustaban los idiomas, porque no querían ser profesores de lengua, por el prestigio que se supone tienen los traductores e intérpretes, por el dinero que se gana, etc. Bien, vamos a romper mitos:
- La oferta de idiomas no es igual de amplia en todas las universidades, las asignaturas de idiomas (gramática, sintaxis, etc.) solo se dan el primer curso y con suerte un semestre de segundo, la plantilla de profesores es bastante escasa y no siempre acuden a clase (pero al menos son sinceros y te dicen por qué lo hacen: “tengo agujetas de jugar al baloncesto y no puedo moverme”, “estoy desmotivada”, “no me gusta el horario y voy a coger una baja tras otra hasta que se acabe el curso”, “me han ofrecido más dinero en otra universidad así que me voy”, etc.);
- cuando acabes la carrera te darán un bonito título que quedará muy mono en la pared de casa pero que de poco te va a servir, si quieres trabajar más te vale buscar ya un máster porque sino con el título de traducción e interpretación solo vas a poder trabajar de profesor;
- lo del prestigio y la admiración que sientes otras personas hacia los “dioses” traductores e intérpretes no lo voy a negar (siempre y cuando hables con alguien que al oír interpretación no te pregunte si quieres ser actor, o que piense que hablas más lenguas de las que existen, o te diga: “¡qué guay dime algo en inglés!”);
- por último debería hablar del dinero que se cobra mejor pero os dejo un enlace a un blog de otro traductor donde vais a poder leer unos chistes sobre la traducción y sus precios, porque como no nos lo tomemos con humor nos vamos a quedar calvos antes de darnos cuenta: http://www.graucomunicacion.ro/blog/2008/08/chistes-de-y-para-traductores.html
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